Tendemos a pensar que las modelos son seres de otro planeta: esculturales féminas de 1.80, piernas interminables y una talla 34. Sin embargo, cada cierto tiempo aparecen en las revistas imágenes en las que las tops demuestran que, contra todo pronóstico, en realidad, son humanas.
Karolina Kurkova no se encuadra dentro del sector de modelos que lucen una talla 34, ni falta que le hace. Sus curvas y su rubia melena desatan pasiones entre los hombres y sacan a relucir la más primaria envidia entre las mujeres. Sin embargo, la modelo recibió múltplies críticas en la Semana de la Moda de Sao Paulo por su peso: la top lucía algún kilo más de lo que nos tiene acostumbrados, y durante el desfile, no se contoneó sola: una incipiente celulitis cobró protagonismo en cada uno de sus pasos.
Parece que al mundo de la moda no le gusta que las modelos dejen de ser diosas, por lo que fue fuertemente criticada por sus pequeños defectos. Por ello, la modelo se ha visto obligada a reconocer que padece hipertiroidismo, enfermedad que le provoca subidas y bajadas de peso.
Incluso los responsables de Victoria Secret se cuestionaron si era apropiado incluir a Kurkova en su mítico desfile, pues consideraban que no estaba a la altura de Heidi Klum, Adriana Lima o Miranda Kerr.
Otra modelo que ha sido salpicada por la polémica ha sido Gemma Ward. En la presentación de las colecciones primavera/verano 2007 de la Semana de la Moda de Milán, los rumores decían que Gemma Ward no participó en el desfile de Burberry por su peso. Tras su retirada temporal de las pasarelas, hace poco han aparecido unas imagines en las que la maniquí lucía algo más grande de lo habitual en biquini.
En mi opinión creo que las modelos no deberían tener una dieta tan estricta ya que en la vida real esas mujeres no son muy abundantes y la ropa que se ponen para lucir no solo tienen una talla, pero también es verdad que hoy en día esas son las mujeres mejor vistas por los demás.
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