jueves, 25 de febrero de 2010

Sesión de belleza en civeles.



Frente al cuartito de plancha y entre las dos pasarelas disponibles en Cibeles, se abre un gran salón iluminado con cientos de bombillas.

Es el set de maquillaje y peluquería, donde equipos de profesionales, lacas, brochas y secadores en mano, convierten a modelos adolescentes de cara lavada en mujeres salidas de los años 40 y, un poco más tarde, en otras que parecen recién llegadas del futuro.

“Hay bastante volumen de trabajo, pero si te gusta lo que haces, lo disfrutas; porque está claro que esto, si no te gusta, no lo haces”, opinan Iris Mairal y Pablo Robledo, ambos vestidos de negro con el logo de L´Oreal, patrocinadora histórica del evento y firma que suministra los productos de belleza que se utilizan.

En la sala, entre bandejas de fruta y botellines de agua, las modelos esperan su turno.

“Leemos, escuchamos música, hablamos con nuestras compañeras y pasamos un poco el rato hasta que nos avisan para ir a vestuario.

A veces hay treinta minutos o una hora de ratos muertos, pero no te importa, si disfrutas lo que haces”, dice la modelo Marta Mir, de 22 años.


Tienen razón si no te gusta no puedes aguantar tantas horas de trabajo o tantas horas muertas esperando a que te toque, eso debe ser agobiante e insoportable pero esa es su vida y es lo que han elegido.

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